Cuando pasa la vida

Hoy hay guirnaldas en las calles y las aceras se encuentran adornadas con miles de pascueros de un brillante tono carmesí saludándome a mi paso. Vuelvo a casa pasando por callejuelas adornadas también, con todo tipo de luces, lazos, bolas…Así como las tiendas que se concentraban a su alrededor.

Cerré los ojos al entrar en mi pequeña casita, la energía de las personas que un día vivieron aquí aún pueden llegar a sentirse, y eso a veces forma parte del calor del hogar que mejor puede llegar a recibir, a una persona y en silencio digo un hola timido a aquella casa que me cobija de los menos grados que hace fuera pudiendo dejar de tiritar.

La cena me esperaba, hoy tengo gambas, he hecho unos aperitivos especiales con jamón serrano, turrón…
Os contaré un pequeño secreto, pero no se lo digáis a nadie; me he dado cuartelillo a mí mismo para saltarme aunque sea por un día, mi estricta dieta que hace que no se me suba el colesterol ni el azúcar.
A pesar de que voy notando como mis manos van temblando algo más y mi vista un poco curada gracias a los grandes cristales de aumento que portan mis gafas, me dificultan un poco la agilidad a la hora de realizar las tareas, pero no importa, aun tengo que dar gracias por poder llegar hacerlo todo solo, no me hace falta más manos, si no un poquito de más paciencia para hacer con un poco más de tiempo lo que cualquier otro podría hacer en un abrir y cerrar de ojos.

Para amenizar el proceso, no sólo he encendido las luces de mi pequeño árbol, si no que he puesto además la televisión, así me siento un poco más acompañado con la música y por supuesto mi portafotos se encuentra ahora mismo encima de la encimera, como una especie de ritual que ha sucedido desde hace cuatro años, he encendido una vela al lado del marco, le sonreí como siempre le había hecho…


La casa olía a una esencia de puchero que tan pronto entraba por la nariz como llegaba al estómago en menos que cantaba un gallo.

Puse el paño rojo con adornos dorados, he cogido las servilletas que van a juego con él y los he puesto en la mesa pequeña del salón, encima; los deliciosos manjares que he podido preparar después del paseo que fui a dar para poder ejercitar las piernas.

Antes de sentarme, mi portafotos se vino conmigo y lo puse enfrente de mí.

Me dispuse a comer, levanté el tenedor con un poco de ensaladilla, asentí mirando la foto y de nuevo sonreí.

- Salud, mi niña. – Acto seguido pensó, ¿cómo sería la noche buena dónde ella se encontraba?.

Después de comer, bailé un poco a mi ritmo una de las canciones que estaban poniendo, la verdad es que no recuerdo mucho quién era el grupo que estaba interpretando el villancico, pero sí recuerdo que me gustaba lo bien que lo hacían.

Terminó el programa…

Cerré las luces del árbol dándole al interruptor, no tenía ganas de recoger todo aquello, pero no pasaba nada, mañana tendría tiempo suficiente de poder hacerlo tranquilamente.

Se llevó el portafotos, para su habitación, lo dejó sobre la mesita de noche de nuevo y se sentó en la cama, no podía dejar de mirarla, incluso ahora, la quería, la quería más que nunca, la sentía con él, como siempre la había sentido, y siempre, siempre la había admirado por ser la persona que más había confiado en mí, le di un beso al cristal.

Cerré la luz.

-Buenas noches, mi hermosa viejita.

Acto seguido, se revolvió en la cama, justo hacia el lado donde ella dormía, y alargó el brazo hacia su lado, justo como hacía cuando ella seguía en vida para abrazarla por las noches.



Muchas son las personas que se encuentran solas, pero esto no ocurre solamente en navidad, si no los 365 días al año, otra cosa es que el resto del año nos hagamos los suecos, miremos hacia otro lado y nos hagamos un poco los tontos respecto a este tema.

En Navidad, ya sea por los buenos sentimientos que nos invadan, el querer hacer buenas acciones o simplemente limpiar nuestra conciencia de cargos que nos llevan a realizar pequeñas acciones en favor de otros olvidándonos por un momento de nuestro tan preciado y amado mundo.

Al menos, pienso, que por lo menos durante ésta época, se ha logrado conseguir que la solidaridad se instaure en mayor o menor medida en los corazones de las personas y sean un poquito más benevolentes con los más vulnerables de nuestra sociedad.

No tenemos nunca, jamás, que olvidarnos de estas personas, ni de ninguna otra tampoco, sea cuando sea, sea el momento que sea, sea la época que toque… como siempre digo, nunca podemos llegar a imaginarnos que nos puede llegar a pasar a nosotros ni de quién ni cuándo vamos a poder llegar a necesitar la ayuda de esta u otra persona.

Las personas ancianas sobre todo, son las más afectadas en este tema y en numerosas ocasiones y sobre todo, cuando la otra mitad de su vida, descansa ya en un ataúd, se ven solas, desprovistas y un poco dejadas de lado incluso, por ellos mismos que sienten la imperiosa necesidad de “no ser un estorbo”.

Creo que hay que hacerles ver, que no lo son, al igual que ellos nos cuidaron cuando éramos pequeños, ahora, hay que devolverle un poco de todo ese cariño y amor que pusieron con nosotros cuando no levantábamos un palmo del suelo.

Para finalizar…Quería decir, que todos tendríamos que recordar, que la soledad no es lo mismo cuando es buscada y deseada a cuando por circunstancias ajenas a tu propia decisión, se te impone. Ésta última es la más potente y destructiva.

¡Feliz Navidad a Todos!, ¡Felices Fiestas!

Besos para quién los quiera =^.^=