Al compas de la marea

Un día en el que sin mucho sol, por fin abrí los ojos, ya no estaba en una reja que me privaba de mi libertad más soñada, sino fuera sin confundir libertad con libertinaje, quizás y sólo quizás sea cierto eso que dicen que el ser humano entraría en pánico si no fuera totalmente libre... se ve que ni en eso me parezco a la raza a la que pertenezco...
Sin ruido, todo estaba en calma, ni gritos, ni peleas, ni portazos, ni teles altas, ni radios que desgañitan a aquellos que cantan a traves de el por tener alto el volumen de la emisora, ni nada que haga pensar que estamos lejos de la tan avanzada civilización que se dedica a criticar y juzgar sin conocerte de nada...nada.

No había nada, y lo peor de todo es que... a mi no me atemorizaba. No había nada, salvo agua para humedecer mi piel y granos de arena entremetiéndose entre mis dedos de los pies... para matar el tiempo y hacer castillos de princesa de cuento que quizás nunca protagonizare, quizás nunca supe jugar a las princesas, quizás nunca fui una de ellas... quizás siempre mi castillo se volatilizo en el aire dejando a una princesa un tanto oscura que nunca llora rodeada de nadie, gotas de sangre... quizás, ¿quién lo sabe?.
Pero hoy todo es distinto... me acerco al mar y las olas me besan los pies, quizás quieren recordarme la última vez que me diste un beso, pudiéndote robar también un par de abrazos que dejaste caer sobre mi piel disimulando, un recuerdo más sobre el que renacer a cada instante.

Pero hoy despierto... con una toalla por manta sobre mi piel humedecida por la brisa del agua, en una isla desierta en la que la paz y la tranquilidad... aquello con lo que más soñaba lo tengo entre mis manos y no se escapa entre los dedos como los granos de arena suelen hacerlo, puedo tocarlo, puedo sentirlo... sólo necesito saber si me acompañarías aunque tan solo fuera una noche a estar sola y mirar la luna, no la quiero, no me la traigas... hay gente tan insensata que la promete sin saber que nadie es digno de tocarla.No, no quiero más promesas que no dicen nada, no quiero más promesas que acaban, no quiero más promesas a media jornada; de esas que sólo valen hasta que a uno le da la gana... no quiero ni necesito que me prometas nada, tan sólo una cosa:
Que tus brazos de nuevo me acunaran y me harán de almohada.

Y si me fuera a una isla desierta y quisieras acompañarme, ya tan sólo me harían falta seis cosas más para terminar de alegrarme y disfrutar de la felicidad plena. Sí he dicho seis...¿quién dice que sólo te puedes llevar a una isla desierta tres cosas?, ¿quién dice que yo soy amiga de las reglas?... Quien las hizo también hizo la trampa y yo no me quedo sólo con tres cosas ya que en una maleta caben demasiadas como para llevarla vacía, para eso... ya tienen alguno el alma (y que pena pero también la cabeza).
Tu.
Incienso.
Velas.
Ellos (A los poquito que tolero).
Mis queridos y amados libros.
Un cuaderno y un boli.
Dados.

Muchos dados, para jugar con el azar a que nos cuenten relato para decirnos quizás cuál es nuestro destino... a trazos, me da igual que no salga positivo a tu lado, si no existe, si quieres te lo dibujo, te lo escribo, te lo canto... me lo invento simple y solamente para ti.

Una Isla desierta para poder respirar armonía, sin contaminación acústica o ambiental o atmosférica o ninguna de su multitud de variantes... sola con el mar.


¿Y tú con qué serías feliz en una isla desierta?.

Besos para quien los quiera =^.^=