Cuando las voces se acercaron, el lobo aulló más fuerte y más rapidamente

Corrió hasta los confines del bosque, hasta que atravesó medio lago y hundió la cabeza en sus aguas, su corazón bombeaba a gran velocidad... ya se recuperaría ahora estaba más preocupado por tratar de canalizar su ira, por no dejarse llevar por ella y teniendo cuidado con no arremeter contra algo vivo o muerto.

Sacó la cabeza y poco a poco fue saliendo del lago, sentándose a orillas de éste mientras el agua caía por su pelaje y muchas de las gotas se quedaban incrustradas en el, se las sacudió y frente a el se encontró a un enorme lobo negro, con los ojos amarillos y las pupilas dilatadas que iba en su búsqueda y al llegar a su altura, se sentó junto a él.

– ¿Qué te propones?.
Amarok no respondió

– Ahora estamos solos, ¿cómo podremos hacer frente a lo que quiera ser que sea?.

– No lo sé, ya arreglaremos eso más tarde.

– Amarok... ¿ésto tiene que ver con papá verdad?.

Los dos hermanos se encontraban ahora en forma humana, ¿más cómodo verdad?, sin otros intrusos pudiendo husmear entre sus pensamientos, así les sería mucho más difícil primero dar con la posición de ellos dos y segundo, averiguar qué pensaban, de una bolsa colgada en el árbol cogieron ropa seca y se las comenzarón a poner.

– Sí Atka, ¿cómo sabes qué hablé con él?.

– Te oí murmurar en sueños y acto seguido te levantaste de la cama y vi la luz del pasillo encendida y luego voces en la cocina. No me levanté porque pensé que me lo acabarías diciendo antes o después.
– Cuando hablamos con él, tuve un sueño algo extraño, y reconocí la voz de Tharec hablando con otra persona, alguien que tampoco me inspiraba confianza, y una sensación muy extraña como si ese ser no pudiera traer nada bueno.

– ¿Un vampiro?.

– No, no era un chupa sangres, de haberlo sido tan sólo habría olido mal.

– Pero sólo es un sueño y...

– Venga ya a mi no me vengas con esas, has oído tan bien como yo lo del Wyrm.

Algo se comenzó a mover entre los matorrales y los dos hermanos se levantaron al mismo tiempo a espensas de que saliera lo que quiera ser que fuese de allí. Y en caso de no ser amigable, tampoco ellos lo pensaban ser, estarían preparados.

– ¿Qué es eso del Wyrm? - Anunció una voz calida y bastante conocida mientras terminaba de atravesar el resto de matojos, y se le quedó una pequeña ramita en su cabeza grisacea.

– Khiara -dijeron los dos hermanos al unísono.

– Vuelve a tu forma humana... - dijo Atka con tono serio.
Y su hermana así lo hizo mientras Amarok la cubría y se ponía la chamarreta que llevaba encima.
– Pasa algo gordo, ¿verdad? - dijo Khiara sentándose junto a sus dos hermanos.

– A ver, ¿recuerdas la conversación que tuvimos con papá en la cocina?- cuando vio que su hermana asintió, siguió- lo que es conocido como el Wyrm en antaño era el equilibrio existente entre orden y caos. - comenzó a narrar Amarok.

– ¿A eso se refería papá cuando habló de la Triada?.

– Sí, escucha; cuentan que el Wyrm cayó en una trampa que el orden impuso y se corrompió al no poder realizar sus labores. Una vez escapó comenzó a destruir sin ton ni son, haciendo sangrar cada parte de Gaia, dándole igual el paisaje, tanto si era mar como tierra y a todos los que son considerados ''débiles'', sin miramiento alguno. - Proxigiendo con la explicación antes de que su hermano añadiera la frase siguiente con tono pensativo.

– Es lo que cree que se va a producir.

– Yo más bien pienso que ese equilibrio quiere ser destruído por alguno de los nuestros – Atka miró a su hermana atónito y luego a su hermano quien medio sonreía.

– ¿No será verdad?... no pensarás tú igual que ésta ¿no?.

– Atka, escucha... papá ya lucho una vez para intentar lograr que el equilibrio siguiera, y mira como se lo han pagado de ahí que el no quisiera volver y uno de los que tuvieron la culpa, fue precisamente Tharec, él se fue hace mucho tiempo cuando todo acabó, un año después de haber nacido Khiara, y ahora que está otra vez aquí, mira lo que está pasando... y no, no creo en las casualidades- dijo añadiendo una leve negación con la cabeza antes de que su hermano terminara de abrir la boca para pronunciar esa frase. Así que no sé vosotros, pero prefiero que sigamos siendo pocos en los que poder confiar, que acabar como nuestros mayores... desconfiando unos miembros de otros y ocultándose cosas... así no puede funcionar una manada.

– Sabes que estamos contigo – dijo Atka depués de haber estado mirando durante una fracción de segundo a su hermano, y caer en la cuenta de que sus ideas ni eran tan descabelladas ni Khiara estaba tan loca puesto que podía llevar razón...ya había pasado antes y afirmó la frase como una sentencia tanto por su hermana como por él mismo.