Se sentó a jugar con su caja, esa pequeña caja en la que todo estaba guardado para que nadie pudiera dañarse.
Pero por mucho que le hubieran dicho que tenía que quedarse con ese pequeño obsequio, cuidarlo y no abrirlo pasara lo que pasara…a ella le gustaba su caja.
No había nada de malo en ella, nada de malo puede tener algo tan bonito como aquello, pensaba.
Y se pasaba las horas muertas sentada o tirada en el suelo panza abajo con los codos soportando su redondita cara entre sus manos mientras ella meneaba los pies al son de una música que ella misma iba tarareando de forma improvisada. Y delante de sus brillantes y expectantes ojos… su cajita.
Como si contuviera lo más lindos regalos.
-¡Pandora! – Escuchó como su madre desde el otro lado de la casa la llamaba a pleno pulmón.
Y Pandora cogió la caja y salió corriendo, era su regalo, le habían dicho que lo cuidara bien, que mientras ella se hiciera la protectora de esa caja la humanidad seguiría siendo feliz y estaría a salvo…
Pero ella no veía la felicidad por ningún lado, no veía a la gente contenta, ni reírse, es más a su lado los mayores se pasaban más tiempo discutiendo que intentando solucionar sus problemas hablando, había peleas por cosas que ella no entendía, al mismo tiempo pensaba si en esto consiste en hacerse mayor, quiero quedarme así, siendo pequeña, en el que una leve burla o empujón de un amigo se solucionaba al día siguiente cuando volvían a verse y se prestaban los cromos y las canicas mutuamente, ni siquiera sabía porque le habían relegado ese poder no era la niña más sonriente del mundo, había aprendido a sonreír por que sí y ya no se acordaba si quiera de cómo debía sonreír sinceramente, sus ojos negros o a veces marrones oscuros cuando el sol alumbraba su iris, no tenía brillo , parecía habérsele escapado la ilusión con la que miran los ojos de un niño… cuando aún es niño. Era callada, reservada y no solía hablar con muchas personas, sin embargo, de todas las gentes existentes en este universo, ella había sido la elegida para conservar su valioso talismán.
Enfrascada en sus pensamientos como iba, en pos de la figura materna a la cual buscaba y vio que se encontraba en el jardín delante por una de las ventanas entre abiertas… salió, salió al exterior con tan mala suerte de que sin querer tropezó, haciendo que sus dos pies sin saber cómo ni por qué chocaran uno con el otro.
Cayó al suelo y unos metros más adelante cayó casi a un mismo tiempo la caja, que acabo por destaparse, saltando hacia un lado la tapadera… Pandora se quedó con la boca abierta como si fuera a decir algo que sus cuerdas vocales no lograran traducir en sonidos…
Y de pronto, no solamente a ella le invadió un gran miedo, angustia, sensación de ahogo, tristeza… si no que al resto del mundo les fue concedido todos los grandes males que se les puede llegar a otorgar.
Entonces, Pandora hizo algo que no estaba acostumbrada hacer, algo de lo que ni siquiera tenía constancia que existía, lloró.
Lloró y lloró hasta que poco a poco fue calmada su ansia dentro de su alma, se levantó medio a trompicones sin querer que su madre la ayudara, y cerró de nuevo la caja sin darse cuenta de que ya era demasiado tarde.
Lloró aún más cuando se dio cuenta de que había fracasado en su intento de cuidar el regalo que le habían dado y se dio cuenta de que, desde el principio de los tiempos siempre que se le tenía que culpar a alguien de los mayores males y errores de este mundo; eran las mujeres las que estaban de por medio.
Salió corriendo y se encerró en su habitación sentada en la cama, en posición india, cogió la caja cerrada en su regazo, mientras no cesaba su llanto y en voz alta como si alguien estuviera parada delante de ella le dijo:
- ¿Por qué yo?, … como yo, puedo cuidar del resto de la humanidad… y más aún cómo puedo proteger a quienes quiero, si ni siquiera se cuidar de mi misma siquiera.
Pero por mucho que le hubieran dicho que tenía que quedarse con ese pequeño obsequio, cuidarlo y no abrirlo pasara lo que pasara…a ella le gustaba su caja.
No había nada de malo en ella, nada de malo puede tener algo tan bonito como aquello, pensaba.
Y se pasaba las horas muertas sentada o tirada en el suelo panza abajo con los codos soportando su redondita cara entre sus manos mientras ella meneaba los pies al son de una música que ella misma iba tarareando de forma improvisada. Y delante de sus brillantes y expectantes ojos… su cajita.
Como si contuviera lo más lindos regalos.
-¡Pandora! – Escuchó como su madre desde el otro lado de la casa la llamaba a pleno pulmón.
Y Pandora cogió la caja y salió corriendo, era su regalo, le habían dicho que lo cuidara bien, que mientras ella se hiciera la protectora de esa caja la humanidad seguiría siendo feliz y estaría a salvo…
Pero ella no veía la felicidad por ningún lado, no veía a la gente contenta, ni reírse, es más a su lado los mayores se pasaban más tiempo discutiendo que intentando solucionar sus problemas hablando, había peleas por cosas que ella no entendía, al mismo tiempo pensaba si en esto consiste en hacerse mayor, quiero quedarme así, siendo pequeña, en el que una leve burla o empujón de un amigo se solucionaba al día siguiente cuando volvían a verse y se prestaban los cromos y las canicas mutuamente, ni siquiera sabía porque le habían relegado ese poder no era la niña más sonriente del mundo, había aprendido a sonreír por que sí y ya no se acordaba si quiera de cómo debía sonreír sinceramente, sus ojos negros o a veces marrones oscuros cuando el sol alumbraba su iris, no tenía brillo , parecía habérsele escapado la ilusión con la que miran los ojos de un niño… cuando aún es niño. Era callada, reservada y no solía hablar con muchas personas, sin embargo, de todas las gentes existentes en este universo, ella había sido la elegida para conservar su valioso talismán.
Enfrascada en sus pensamientos como iba, en pos de la figura materna a la cual buscaba y vio que se encontraba en el jardín delante por una de las ventanas entre abiertas… salió, salió al exterior con tan mala suerte de que sin querer tropezó, haciendo que sus dos pies sin saber cómo ni por qué chocaran uno con el otro.
Cayó al suelo y unos metros más adelante cayó casi a un mismo tiempo la caja, que acabo por destaparse, saltando hacia un lado la tapadera… Pandora se quedó con la boca abierta como si fuera a decir algo que sus cuerdas vocales no lograran traducir en sonidos…
Y de pronto, no solamente a ella le invadió un gran miedo, angustia, sensación de ahogo, tristeza… si no que al resto del mundo les fue concedido todos los grandes males que se les puede llegar a otorgar.
Entonces, Pandora hizo algo que no estaba acostumbrada hacer, algo de lo que ni siquiera tenía constancia que existía, lloró.
Lloró y lloró hasta que poco a poco fue calmada su ansia dentro de su alma, se levantó medio a trompicones sin querer que su madre la ayudara, y cerró de nuevo la caja sin darse cuenta de que ya era demasiado tarde.
Lloró aún más cuando se dio cuenta de que había fracasado en su intento de cuidar el regalo que le habían dado y se dio cuenta de que, desde el principio de los tiempos siempre que se le tenía que culpar a alguien de los mayores males y errores de este mundo; eran las mujeres las que estaban de por medio.
Salió corriendo y se encerró en su habitación sentada en la cama, en posición india, cogió la caja cerrada en su regazo, mientras no cesaba su llanto y en voz alta como si alguien estuviera parada delante de ella le dijo:
- ¿Por qué yo?, … como yo, puedo cuidar del resto de la humanidad… y más aún cómo puedo proteger a quienes quiero, si ni siquiera se cuidar de mi misma siquiera.
8 Susurros Lunáticos:
¿Te mato? ¿Cómo que "eran las mujeres"? Ya que lo has versionado tan bien, tan bonito e incluso dulce, ¿¡¡por qué no has cambiado eso!!? Brrrrr... Todavía estás a tiempo, pequeña, xDDD;
aparte eso, te repito que me encanta tu estilo, y hay algo tierno que hace pensar que algún día escribirás cuentos de esos eternos...
Besazos, gaditana salerosa. =^.^=
Escribes muy dulce.
Lo extraño es que la vida no es dulce en sí.
La vida es cruel en si misma y la felicidad está hecha de "pequeños ratitos" , por lo demás hay más ratos malos, aburridos y hasta penosos que buenos.
Me gusto leerte.
Primero, gracias a las dos por ver cierto matiz dulce y tierno en aquello que escribo... es un halago de verdad.
Segundo y ahora sí, por partes:
*Jana de la niebla: Ainss pequeñita perspicaz que se te ha escapado una cosita, el motivo por el que he puesto lo de las mujeres, no es porque yo lo crea realmente, si no porque las mujeres siempre hemos cargado sobre nuestros hombros con el peso de toda culpabilidad y hoy en día seguimos culpabilizandonos por todo, y algunas por algo que ni siquiera hemos hecho. Lo de las mujeres iba además porque empezando por Lilith (que seguro que muchos ya conocéis, pero que os contaré la historia a través de ''Hijos de Caín''), siguiendo por Eva a la cual se le achacó la culpa de haber probado la manzana y restringir así la felicidad a todo bicho viviente, luego fue Pandora... las tres; mujeres. Ahí es a donde iba. Así que lo de matarme y a lo vamos viendo xDDDDDD.
Gracias por lo de los cuentos... no sé si seré capaz de llegar a tanto xD.
Besitos pequeña =^.^=.
*Libelu; Gracias de nuevo, sobre todo por leerme y comentarme.
La vida a veces es una hija de puta, con todas sus letras además y con perdones de que suelte borderios así tan alegremente, pero como bien dices o te quedas con esos ''pequeños ratitos'' que te hagan sonreir y/o reir como nunca... o estas perdido.
Pienso que la vida se resume en aquello de bueno que te quedas, de cada persona, de cada vivencia, de cada lugar... ¿Para qué quieres los momentos malos?...sólo para acumular sentimientos negativos y rencor dentro de ti y para tres días que vamos a estar aquí... por lo menos desde mi punto de vida, no vale la pena.
Un beso para ti también y ya sabes, vuelve siempre que quieras =P
Gatita: tienes razón, no lo había captado... pero aunque peque de insistente, ¡puede que otros tampoco lo capten y el mensaje que les llegue sea machista! Y lo de la culpabilidad, vaya, que me lo digan si no a mí, culpable hasta de ocupar un lugar bajo el sol (antes). Muy, muy agudo.
Sí, eres dulce como un heladito de chocolate, poténcialo, explótalo, la dulzura es algo bello y raro en este mundo apresurado.
Besazos gatunos, Dawy (¿eso vale?) =^.^=
Todos hemos abierto en alguna ocasión nuestra propia caja de Pandora, y el miedo que da, saber que no hay vuelta atrás.
Besitos.
Y de ahí viene el dicho "la esperanza es lo último que se pierde" porque de la caja de pandora, lo último que salió fue la esperanza. Buena forma de verlo.
:t
Me encanta como escribes. Te sigo. Abrazos.
*Jana de la niebla; ayy mi pequeña gatilla perspicaz que encima me hace ponerme rojaaaa eso no se hace muuujeeer xD, gracias por fijate en esos pequeños detalles para hacer esto mas ameno, y precisamente en algo que lo puse y ya sabes por qué te explicado el motivo de no cambiarlo por ahora.
¡Un Besito =^.^=!.
* Jo March; Miedo... si fuera miedo solo, pero encima va acompañado por la incertidumbre, la angustia y esa sensación de estar perdido completamente... menos mal que dicen que después de la tempestad viene la calma... ¿Será por eso mismo por lo que dicen que la esperanza es lo último que salio de la caja?...
Besitos.
*Condesa Bathory; ¡Eso es!, Bendita esperanza que nos hace seguir incluso cuando no sabemos dónde meternos o qué va a ser de nosotros, cuando los caminos que teníamos definidos se borran ante nuestros ojos y bajo nuestros pies... Ains... menos mal que es cierto el dicho ese que se dice que es lo último que se pierde, si no, no sé qué habría sido de más de uno de nosotros sin la esperanza.
¡¡Besoos guapa =^.^=!!.
* asco; Me alegra mucho verte por aquí, más me alegra que te quedes, que encima me escribas un comentario y si fuera poco que te guste como escribo. Siéntate en la mejor silla que puedas encontrar, esa que parezca hecha a tu perfecta medida en este pequeño rinconcito.
¡Mil Abrazos!
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