No-muertos: '' Masticatione Mortuorum''.

Dejando un poco más atrás las leyendas y los mitos fundados acerca de estas criaturas que sustentan tanto interes por parte de muchos y que muchas de ellas las he comentado en la entrada anterior que dio comienzo a esta sección. Hoy estoy aquí para hablaros de hechos reales ocurridos:

En 1576 murió en Venecia casi la tercera parte de la población debido a una epidemia de peste y todas las víctimas fueron enterradas de manera colectiva abriéndose y cerrando de inmediato las tumbas para evitar así una inminente propagación.
Por aquel entonces, el concepto del vampiro era distinto al que ahora se tiene, pues las leyendas y el folklore de varias ciudades de Europa los describían como entes reanimados de la muerte que se alimentaban de sus propios restos, para luego beber la sangre de los demás cadáveres del cementerio, y así de esta manera, poder recuperar la energía necesaria y para salir a asesinar a las personas.

Ante este temor, muchos sepultureros abrían las fosas para constatar algunas características especiales en los cadáveres que les indicaban la posibilidad de que fueran vampiros. Una de ellas era constatar la casi nula descomposición de los cuerpos, así como la hinchazón del vientre y la aparición de una abertura en la mortaja alrededor de la boca.
Durante esas épocas no se les colocaba estacas en el corazón para impedir que revivieran, sino que para evitar que comenzaran a alimentarse les colocaban una gran piedra en la boca.

Fue en el año 2006, cuando un grupo de antropólogos de la Universidad de Florencia halló una de las tumbas comunes que anteriormente hemos mencionado al hablar de la epidemia de peste y es muy probable que la fosa que se encontró perteneciera a dicha época.
En ella se encontraron los restos de una de las posibles vampiro mientras cavaban se la halló con una roca en la boca que incluso había destrozado algunos de los dientes y dañado parte de la mandíbula de aquella mujer.
No han sido los únicos investigadores en este campo, si no que también otras investigaciones similares han hallado restos con las mismas características en varias regiones de Polonia, que terminan confirmando la existencia de esta práctica entre los antiguos pobladores de diferentes ciudades que los pudiera alejar de las amenazas de estos seres.

Como podéis ver estas pruebas dan fe de la leyenda de los vampiros en tiempos remotos, que no es algo actual o que tuvo su mero nacimiento gracias a Bram Stoker (cuya obra literaria “Drácula” leyenda inmortal y base para las futuras generaciones de autores que escribieran sobre el vampiro, fue fuente propia de inspiración , no podía librarse de estar aquí mencionada y posteriormente también más desarrollada), pero también cabe mencionar la idea de que las personas al mismo tiempo que algunas sentía ese extraño interés hacia estos seres… igualmente causaban pánico.

Casos concretos de masticatione mortuorum

Michaël Ranft (licenciado en filosofía), hace referencia a otros supuestos casos de masticación de los muertos (similar al caso que he expuesto anteriormente, su nombre “técnico” sería ese).

Entre ellos, y por haceros un breve resumen para que podáis daros cuenta de lo que significa éste término y de algunas de las más insólitas anécdotas con las que han podido cruzarse aquellos investigadores que han visto con sus propios ojos al encontrar tras la excavación y la posterior analización de estos huesos casos como los siguientes:

* Una mujer de Bohemia (actual República Checa) que en 1345 devoró la mitad de su sudario.
Un hombre de Moravia (también en la República Checa) que royó el sudario de la mujer de la tumba de al lado y un hombre y una mujer que, en tiempos de Lutero, devoraron sus propias entrañas.

Muchos de estos casos ya habían sido expuestos por Gabriel Rzaczinoski en su Historia Natural de Polonia (1721 ).

Uno de los casos más sonados de este investigador:

El caso de Peter Plogojowitz, un campesino muerto a los 72 años en la aldea de Kisilova (Hungría). Diez semanas después de ser enterrado, varios habitantes de la aldea comenzaron a quejarse de que les había atormentado en sueños, oprimiéndoles la garganta. Después, caían en un estado de letargo y fallecían antes de 24 horas. De esta forma murieron nueve personas en tan solo ocho días. Estas circunstancias hicieron que los habitantes de la aldea decidieran exhumar el cuerpo de Plogojowitz y quemarlo para librarse de tales trastornos, pues no cabía ninguna duda de que era un auténtico vampiro, uno de los muchos que asolaban desde el siglo XIV Silesia, Bohemia, Polonia, Hungría, Moldavia, Rusia y Grecia.
Para obtener los permisos necesarios cursaron un recurso al oficial del emperador que mandaba en el territorio de Gradeska y al párroco del lugar. Ambos pusieron muchas objeciones, pero los aldeanos protestaron y argumentaron que si no obtenían el permiso para desenterrar aquel cadáver se verían obligados a abandonar sus hogares y refugiarse donde pudieran.

El oficial presentó un informe al Tribunal de Belgrado, que envió al lugar a dos de sus oficiales y a un verdugo para que estudiaran el caso. Él mismo partió para Kisilova a fin de convertirse en testigo ocular de los hechos.
Cuando se desenterró el cadáver, descubrieron que no desprendía hedor alguno y que se encontraba tan entero como si estuviera vivo. Le había crecido el cabello y la barba, y bajo la primera piel, que parecía muerta y blancuzca, se traslucía una nueva, sana y de color natural.

Observaron en su boca sangre fresca, la cual, según los aldeanos, había sido chupada por el vampiro a los hombres a los que había matado.

Una vez que el gobernador y el párroco hubieron observado minuciosamente todos estos signos, en presencia del pueblo cada vez más airado y persuadido de que aquel era el causante de la muerte de sus amigos, el verdugo le hundió una estaca en el corazón, “de donde brotó gran cantidad de sangre fresca y roja, y también de la boca y la nariz y de otras partes del cuerpo salió una materia que el pudor no permite nombrar”.
Finalmente, pusieron el cadáver sobre una pila de leña y lo redujeron a cenizas.
No se encontró señal alguna de vampirismo en los cuerpos de los otros fallecidos.

El informe del oficial, fechado el 31 de julio de 1725, fue descubierto en los Archivos Municipales de Viena (Austria) por el profesor Antoine Faivre. Es el documento más antiguo conocido en el que se encuentra impresa la palabra vanpyr.
El caso se hizo muy popular tras ser publicado el informe del oficial en el diario vienés Das Wienerisches Diarium. Probablemente por ello, ese mismo año Ranft publicó un opúsculo en el que ofrecía su propia interpretación. Lo llamó Dissertatio historico-critica de masticatione mortuorum in tumulis (Disertación histórico-crítica de la masticación de los muertos en sus tumbas).
En 1728 y 1734 publicó dos nuevas versiones, ampliadas con algunas reflexiones filosóficas.

Fuente principal: Más Allá.

Besos para quien los quiera.