Todos nacemos en cualquier lugar... Me pido primer para desertar...

Muchas veces estamos atrapados en hermosos laberintos de altos setos que no nos dejan mirar a la salida, a lo que supondría poner punto y final a lo que nos causa ese dolor y agobio tan grande, esa frustración que hace que no sepas a ciencia cierta qué camino es el correcto, si este lo has elegido ya o no has pasado aún por él. Al fin y al cabo, sólo es un laberinto.

Atrapada allí soñaba, y le entraba el síndrome de Peter Pan... Demasiado tarde, ella aunque jóven todavía, había crecido demasiado pronto. Pero a una persona jamás deben abandonarle sus sueños, ni sus emociones, ni sus ilusiones y mucho menos sus esperanzas, porque si a una persona le quitas todo eso...no queda nada, es un zombie que realiza acciones sólo de forma autómata..
Le asustaba el hecho de no recordar nada bueno en su infancia, ni siquiera algo que le hiciera sonreír, se preguntó así misma, si había más personas a las que le ocurriera eso.
De nuevo se levantó del banco en el que se encontraba sentada, y volvió a pasear, paseó por ese jardín que la tenía atrapada y al mismo tiempo ensimismada puesto que ahora le mostraban rosas rojas para adornar los recovecos y que a ella tanto, le encantaban.
No recuerda tartas caseras echas especialmente para ella en el día de su cumpleaños, de hecho, sólo un par de cumpleaños fueron lo suficientemente buenos como para ser llamados ''cumpleaños feliz'', no recuerda fiestas de pijamas o aunque fuera quedarse en casa de una amiga a dormir o a la inversa....Solo habían permanecido con ella sus amados y ansiados volúmenes de libros que según otros, leer, eso era pérdida de tiempo. Para ella...Su mundo se encontraba allí, sus amigos más fieles y los más queridos, esos que de vez en cuando les hacía sonreír o entristecerse por las vidas que eran escritas por autores que ni siquiera alguien mayor que ella conocía.

A veces, la peor cárcel no tiene barreras, ni rejas, ni barrotes, ni salidas en horarios limitados...nuestra propia cárcel la cavamos nosotros dictaminando y juzgando antes de tiempo que podemos y que no podemos llevar acaba, según nos digan o nos dejen de decir terceras personas. Que a ellas no les haya salido bien, no significa que tu corras la misma suerte.
Que ese destino no fuera el que está escrito para ellas, no significa que no puedas tú escribir así el tuyo, como más te guste.
Nuestros miedos, es nuestra propia frontera, donde hacemos que todo acabe por eso Naoki, cansada, harta y lamentándose de no encontrar la salida, cogió unas enormes tijeras de podar de un cobertizo que ya tenía ubicado en su mente de las 1000 millones de veces que lo había podido llegar a ver y decidió atajar, comenzando por cortar cada seto que sobrepasaba su cabeza y hacían que por muy bonitas que fueran las flores que habitaban en el fondo verde, no despejaran su camino y lo hicieran inconcebible, sin poder dar un paso al frente cuando ella quería darlo.
Muchas veces los atajos, no son los más fáciles, se tarda más por inverosímil que pueda llegar a parecer pero incluso al final, puede resultar hasta más gratificante y como no hace mucho había leído en uno de sus libros...Iba en busca de su leyenda personal, donde la cárcel sin esposas, la dejaría atrás...

Volvía a su mundo y allí nada era imposible, porque para la persona que sueña, desea y quiere con toda su alma algo el concepto ''imposible'', tan sólo es eso, un mero concepto que incluso llega a perder su significado.

Y sigue conversando con ella misma:

''Anda, camina...Tienes piernas para hacerlo''.

Pero no te olvides nunca de que aquello que aprendas en el camino, los frutos que vayas tomando tras la recolección, son cada una de tus experiencias, una motivación, una derrota quizás...Pero son tuyas, no te las han contado y con eso es con lo que has de quedarte porque te harán ser más sabia, desechando siempre que te sea posible todo lo malo que no sirve para nada, tan sólo para aumentar el desasosiego de tu alma... y tú alma vivirá eternamente, no necesita(ni se merece, ni tú tampoco), retener todo el tipo de daño que hayas tenido que soportar, has de saber que no tienes vuelta atrás, lo que hagas hecho está, puedes sentirte más orgulloso o menos, pero con eso tienes que tirar hacia adelante, así como también con lo que te hagan, tú y sólo tú eliges con qué quedarte...con la gratificación de aprender algo... o no aprender nada.

Naoki ...abrió un par de paredes más, por las que iba pasando satisfecha con una sonrisa que se torno más grande cuando una brisa fresca le revolvió el cabello y lo sintió en la cara, el aire le acariciaba sus sonrosadas mejillas. La sintió:
Mi libertad está cerca, se dijo.
Suspiró, sonriendo, sabiendo al igual que su corazón sabía que pronto no estaría atada a unas cadenas invisibles que le habían impuesto sin juicio previo...

La anciana recordaba el paso de su vida, mientras tumbada en aquella cama veía a su hijo descansar a sus pies...
¿En qué estaría soñando?, no quería aparecer en sus pesadillas también si es que las estaba teniendo, cogería frío pensó a un mismo tiempo, las tardes de invierno allí eran crueles, aunque hasta donde su vista alcanzaba, sólo llovía un poco y el día era ceniciento.
Volvió a sonreír, recordando la enorme satisfacción que sintió al salir del laberinto en el que se había perdido cuando era una chiquilla... y como en ese tiempo atrás también Naiko volvió a sentir calma en su corazón.
Parecía mentira, pero un pequeño gorrioncito se había apoyada en el alféizar de la ventana para guarecerse de la lluvia fina pero helada seguramente, que le amenazaba, ladeo la cabeza para verle mejor...
Mis alas susurró, cogió tiernamente la mano de su hijo y éste incluso en sus sueños sintió calor.

Gracias por haberme acompañado al final de mi camino con la misma paciencia que yo te apoyé al comienzo del tuyo, cuando tus pequeñas piernas no mantenían el equilibrio, al igual que ahora las mías me fallan...Te seguiré cuidando, no importa donde esté...
Ahora, por fin, del todo...Soy libre y tengo alas para volar a donde quiera...

Exhaló su último suspiro y cerró los ojos, con una extraña sonrisa en los labios.

Mika; abrió los ojos, demasiado entumecido por el frío. Vio la ventana abierta de par en par y se preguntó quién la habría abierto. Se levantó a cerrarla, pero se quedó a medio camino, se terminó de espabilar de su sueño y lo entendió...
El alma de su madre ahora, volaba hacia los cerezos sin hojas a causa del viento...